viernes, 18 de marzo de 2016

De camino a Grecia

El camino que nos esperaba era largo y no estábamos del todo seguros de cual era la ruta que debíamos recorrer. Nuestro primer objetivo era llegar a Feres,  una ciudad de Grecia. Unos 1.475 Km separaban Al-Safirah de la ciudad griega.




Cada paso que nos alejábamos de nuestro hogar nos íbamos cruzando con gente que había formado parte de nuestras vidas desde siempre, gente que no volveríamos a ver jamás.

A las afueras de nuestra ciudad mis ojos se cruzaron con los de Fátima. Ella es una chica de mi edad que siempre me hablaba sobre lo maravilloso que sería salir de nuestro país. Fátima siempre quiso llegar a ser doctora pero por desgracia, viviendo allí aquello nunca sería posible. Mi padre habló con su familia para que viniesen con nosotros pero rechazaron amablemente la invitación diciendo que tenían parientes enfermos y no podían abandonarlos.

Los recuerdos de la guerra no paraban de abordar mi cabeza. Imágenes horribles que se sumaban a las razones para abandonar la tierra en la que nos habíamos criado.

A mediados de marzo de 2011 ya se podía contar un total de 215.518 vidas perdidas. Son cifras escalofriantes. Cifras que no paran de crecer conforme van pasando los días. Cifras que no cesarán su aumento si no detenemos la guerra.

Recuerdo que el 13 de marzo de 2012, Turquía bombardeó Siria dejando cinco muertos. Los bombardeos se produjeron en la frontera de Siria. Cuando nuestro país  derribó un avión de combate turco, Turquía acudió a la OTAM en protesta y el general de dicha organización  expresó su “firme condena” por el ataque asegurando que seguiría “de cerca y con gran preocupación” la situación.

En 2014, el miércoles 22 de abril, salió a la luz una nueva noticia en la que se informaba de otra serie de bombardeos. Esta vez el porcentaje de víctimas fue mucho mayor al de 2012. Se me eriza la piel al pensar en la cifra... 58 muertos más que sumar a un total... 58 muertos que reflejan el horror en que está sumido mi querido país natal. 

Hoy en día, en 2016, la cifra supera los 470.000 muertos. Han pasado ya cinco años desde que comenzó la guerra. Hay noches que me meto en la cama y me despierto empapada en sudor por las pesadillas. Cada vez es más habitual en mí desvelarme pensando que estoy en Siria... en mi antigua casa. De repente una bomba cae al lado de mi hogar y veo a mi familia muerta a mi alrededor. Es entonces cuando abro los ojos y me doy cuenta de que por mucho tiempo que pase en la seguridad de Madrid, la guerra siempre formará parte de mí, incluso en mis peores pesadillas.

lunes, 7 de marzo de 2016

El inicio de nuestra libertad

Nuestro viaje comenzó hace 3 años, el 15 de marzo de 2013. Recuerdo perfectamente que eran las 4 de la mañana cuando Isham, nuestro padre nos despertó a Rabat y a mi. Al fin había llegado el día en el que emprenderíamos nuestra lucha hacia la libertad y una vida mejor. Sabíamos que no sería fácil pero él siempre fue un hombre muy optimista.

Rabat y yo nos encargamos de despertar a nuestros hermanos mientras mi madre terminaba de poner en unas mochilas algo de comida y ropa. Se me partió el alma al ver cuan plácidamente dormía Atira. Ella es la más pequeña y vulnerable de la familia. Es horrible lo que le esperaba...  no se merecía nada de lo que estaba sucediendo. Cuando le besé la frente abrió los ojos y me miró... recuerdo aquella mirada llena de ternura e inocencia. Fue entonces cuando decidí que haría todo lo posible para que mi familia llegase a España sana y salva.

Cuando Rabat fue a despertarlos, los demás ya tenían los ojos abiertos y nos miraban con caritas adormiladas. Haian no tardó nada en levantarse y cuando se acercó a mí me dijo al oído "Somos los mayores. Si alguno de nuestros padres muere, la responsabilidad será nuestra."

Cuando estaba todo listo para partir cogí mi mochila no sin antes colgarme del cuello el colgante que me había regalado mi abuela años atrás. Era una piedrecilla azul preciosa. Al dar el primer paso en la calle, fuera del calor de mi hogar, sentí que todo había cambiado para siempre... que ya no había vuelta atrás.

martes, 1 de marzo de 2016

Esta soy yo

Hola a todos,

Me llamo Ashira y ahora tengo 19 años. Tenía 16 años cuando emprendimos nuestro gran viaje. Hace ya cuatro años nuestro país entró en guerra y mi familia y yo nos vimos obligados a salir temiendo por nuestra vida.


Siria es un país de Oriente Próximo cuya forma de gobierno es la república unitaria semipresidencialista.


Comparte fronteras con Turquía por el norte, con Iraq por el este, con Israel y Jordania al sur y con Líbano y el Mar Mediterráneo por el oeste. Es miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde su creación.

Antes del conflicto vivíamos en Al-Safirah, una pequeña ciudad de la región Aleppo Governorate.

Soy la mayor de cinco hermanos. Haian y Rabat de 17 y 13 años (14 y 10 cuando comenzó todo); Ayoub de 9  (6 años) y la pequeña Atira de 6 añitos (que tan solo tenía 3). Mencionar también a mi madre, Adila; una mujer increíble a la que admiro muchísimo.

Como dije anteriormente, cuando estalló el gran conflicto, nos vimos obligados a abandonar Siria y refugiarnos en España. No fue fácil y sufrimos considerablemente en el camino, pero aun así, hoy  en día podemos sonreír porque seguimos juntos.

Llevamos ya dos años viviendo en Madrid. Recuerdo que cuando llegué, no sabía decir ni una palabra en español y mi educación había sido escasa pero aquí todo es diferente. En este blog me he decidido a contaros mi historia y la de mi familia. También hablaré sobre la guerra de mi país de origen y de cómo ha cambiado mi vida al llegar a España.